T009900054042-0-ico-CreciendoASuLado-00-000.jpg
Objeto_CPC.png
2020
Creciendo a su lado
Ibeth Lazarte
Como muchas madres con hijos con Autismo creo tener un antes, un durante y un después del diagnóstico...

Mi antes, una vida programada del hospital a la casa, tratando de ser buen médico y buena madre de un primer hijo al que también le tenía programada su vida en mi mente.
El pequeño creció y comenzó a olvidarse las palabras que se sabía, no me miraba fijo como antes y su frustración y llantos se hicieron más persistentes y constantes.

Mi durante, no encontrar profesionales que me pudiesen orientar y diagnosticar que le pasaba a mi pequeño. Tratar de convencer a mi esposo que no estaba loca ni poniendo como excusa los comportamientos de mi hijo, ante dificultades en mi trabajo. Sabía que ese no era el desarrollo normal de un niño, yo tenía que tener siquiera una idea de lo que le estaba pasando, para poder comprenderlo y ayudarlo.
A "ojímetro" entre colegas pediatras y neurólogos, se coloca la premisa del autismo, cuyo diagnóstico oficial llegó cinco años después.

Mi después, se convirtió en una carrera por aprender, por buscar ayudas ó consejos de otras madres, otros profesionales para ayudar a mi hijo. Me encontré finalmente llevando la batuta del tema del autismo en mi ciudad, hablando por otros padres y madres, siendo de algún modo una activista por el autismo.

Aprendí mucho de mi mejor maestro, mi hijo. Con él he ido creciendo y viendo como esa personita que me pareció durante un tiempo un extraño es un chico dulce, valiente, sensible.
No necesitó las grandes ayudas y programas rígidos de los que leí mucho, sólo necesitó que me pusiera en su lugar para poder entenderle.

Han pasado 12 años desde esa impresión diagnostica en mi vida, y me he dado cuenta que todo lo que soñé para mi hijo, para mí y mi familia se ha ido realizando poco a poquito.