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2018
Respeto, ayuda mutua e inclusión en la escuela
Lizbeth Coromoto Moran Beleño

"La persona siempre va delante, la persona es lo primero"; para mí es importante ratificar esta afirmación que he escuchado en uno de los videos sobre autismo de Daniel Comin. 


Trabajo en un Colegio de educación integral donde tenemos la oportunidad más grande y hermosa de ver a diario niños diagnosticados con el espectro y que pasan desapercibidos porque son tratados como personas, se les reconoce que tienen necesidades, emociones, inquietudes y que además generan unas exigencias capaces de hacer reestructurar una planificación en las maestras, que en definitiva es para bien de ellos y del grupo en general. 


A pesar de ser tan estructurados manifiestan cansancio y aburrimiento ante las actividades que no tienen creatividad alguna y en cierto modo se convierten en protagonistas (pues sus exigencias abren paso a la búsqueda de algo novedoso en la planificación). 


El trato que reciben de sus compañeros es de respeto, se les enseña de esta manera porque creemos que la forma de poner en práctica los valores depende de cada uno, del esfuerzo personal, así logramos crear un ambiente de convivencia agradable y esta debe fundamentarse en el respeto hacia los demás, en la ayuda mutua y en la inclusión.


Son merecedores de respeto, de trato digno y responsable. El trato cargado de humanidad y paciencia lo logran estos niños, que para nosotros son especiales, entendiendo por especiales: porque roban la atención, porque roban los corazones, porque con sólo una pregunta cuestionan y obligan a hablarles a todos de manera más sencilla y cariñosa y al mismo tiempo con exigencias a las que pueden  responder convencidos. Es la fuerza del amor incondicional y el deseo de formarlos como personas, para hacer el bien sin distinción, lo que permite que el ambiente de convivencia sea agradable y beneficioso para las personas con TEA pues observamos que la adaptación es maravillosa y sus avances son satisfactorios. 


Aclaro que todo esto se logra con la ayuda y apoyo de psicopedagogos, la disposición de las maestras y todo el personal, adaptaciones curriculares en su momento y lo más importante es la aceptación de los padres y la integración de ellos en el proceso de enseñanza.